Se dice que podría volver el PC Fútbol, y la posibilidad entusiasma a las redes. No en vano se trata de un juego de culto que nos tuvo a unos cuantos frente a la pantalla del ordenador gestionando las alineaciones de nuestros equipos, la confección de sus plantillas y hasta el aforo del estadio y la publicidad que en él se mostraría. Creado por Dinamic Multimedia y con la icónica imagen de Michael Robinson en portada, su época de mayor esplendor se vivió entre los noventa y principios de los 2000, aunque después sería recuperado por otras desarrolladoras. Un juego que marcó a toda una generación, que tuvo la posibilidad de gestionar un club de fútbol a golpe de click.
Recuerdo ir al centro comercial de turno a buscar nuevas ediciones con sus plantillas actualizadas y sus nuevos fichajes, y por ahí conservo aún un par. Incluía también un simulador de fútbol, pero no estaba muy allá y para ello había mejores opciones como el FIFA o el ISS Pro Evolution. Podías disputar los partidos o incluso verlos, pero lo normal era saltárselos y que se mostrasen directamente los resultados con ese breve momento de tensión que marcaba primero el resultado al descanso antes del pitido final.
Se podían disputar varias ligas, desde las más importantes a nivel europeo hasta la argentina pasando por otras menores como la belga o la escocesa, incluyendo también otras categorías como la segunda división, la Championship o la Serie B. Y es que ahí radicaba uno de sus principales atractivos: podías jugar con el Real Madrid o el Barcelona, o irte a Italia a jugar con el Milan o la Juventus o coger las riendas del United en Inglaterra o de River en Argentina, pero el verdadero reto era sacar a un equipo de las profundidades y alcanzar la gloria.
De la Segunda B a lo más alto
En la competición española se podía disputar hasta la tercera división, y recuerdo haber escogido a la Gimnástica de Torrelavega, el que digamos ha sido históricamente el segundo equipo de Cantabria y que era habitual de la hoy extinta segunda división B, para emplazarnos al reto de, nada más y nada menos, hacerlo campeón de Europa. La tarea no resultaba sencilla pero era viable: se trataba de aprovechar oportunidades de mercado, pedir cesiones y fichar jugadores veteranos con buena media y salario asequible. Este último truco resultaba imprescindible. La cosa era ascender categorías, generar ingresos, ganar caché y atraer mejores futbolistas. Para ello tenías que acudir al mercado para fichar pero también para vender o ceder declarando para ello a tus jugadores “cedibles” o “transferibles”.
Una vez en la máxima categoría, abrirte al mercado europeo era una fantástica idea para, cual secretario técnico ducho en la materia, encontrar futbolistas con buena media a precios razonables. No era otro que Gaby Ruiz, entonces periodista de Canal+ y uno de los creadores del juego, quien elaboraba las puntuaciones de los futbolistas.
Con todos estos ingredientes, una sabia gestión de la economía del club y una correcta dirección deportiva, ya solo hacía falta que los jugadores saltasen al césped para lograr resultados. Y, efectivamente, la Gimnástica de Torrelavega se alzó con la Liga de Campeones, como también lo hizo el Racing de Santander en alguna otra ocasión. Lógicamente, títulos como este, la liga, la Supercopa de Europa o la Intercontinental elevaban el caché del club y resultaban más accesibles determinados jugadores, las grandes estrellas. Por Twitter vi una imagen que reunía a Zidane, Ronaldo y Batistuta y eran precisamente tres habituales de los mercados de alta alcurnia. Mi sistema habitual era el 4-4-2 en rombo, así que Zidane de mediapunta con Ronaldo y Batistuta como delanteros encajaban a la perfección. ¿Zidane y Ronaldo jugando en El Malecón? Sí, era posible. Otros grandes fichajes eran Shevchenko, Totti o Raúl, aunque costaba mucho sacar a este último del Real Madrid. Dirigiendo al Real Madrid, fue precisamente el ucraniano mi elegido en alguna ocasión para acompañar al 7 en punta.
Había otras opciones de juego, como aquella en la que corrían los años y variaban las puntuaciones de los futbolistas, con lo que las grandes promesas mejoraban sus números y el acierto radicaba en encontrar a los mejores jóvenes. Haruna Babangida, extremo y joven promesa nigeriana del Barcelona, era un must por aquel entonces. También estaba el muy entretenido modo carrera, en el que empezabas dirigiendo equipos de categorías inferiores para recibir ofertas a final de temporada según objetivos cumplidos. Pero cuando estabas en las alturas no podías permitirte errores: como cayeses con un grande de la zona noble ya te podías dar por destituido.
Había incluso juegos especializados, como el de la selección española o el Real Madrid con los que únicamente podías jugar con ellos. Y es que PC Fútbol fue todo un fenómeno que los fans no han olvidado y quieren que vuelva a saltar al césped.