Aunque el significado original quedó por el camino, los niños disfrutan la Noche de Brujas para disfrazarse, jugar y recolectar golosinas, dulces, etc.
¿Y el fútbol qué tiene que ver con todo esto? Poco y nada; pero las brujas que vuelan en sus escobas se metieron en este deporte desde algunos escudos. Estos son algunos de los más conocidos:
Arranca el vuelo en Italia, con la strega (bruja) del Benevento, equipo que en 2017 llegó por primera vez en su historia a la Serie A. Benevento es una ciudad de la Campania, y capital de la provincia de Benevento. Se encuentra al noreste de Nápoles.
Por los cielos de Polonia se pasea la wiedźma del LKS Łysica Bodzentyn, un club que milita en la IV Liga Świętokrzyska, en el cuarto nivel del fútbol polaco.
En Malasia también andan las brujas: el Prewang FC representa al estado de Kuala Lumpur en la Malaysian League. Desde su fundación, en 2003, siempre figuró en los primeros puestos de la tabla, con un equipo integrado solamente por futbolistas malayos. En su divisa luce la frase «Trick or treat» («Dulce o truco», «dulce o travesura», o «truco o trato»), la que los niños pronuncian al recorrer las casas de su vecindario disfrazados, pidiendo golosinas. El «truco» es una amenaza de broma a los dueños de la casa en el caso de que no les den dulces.
El país con el fútbol más embrujado es Costa Rica, que está bajo el hechizo de tres clubes: el Municipal Paraiso, que por cuestiones de patrocinio pasó a ser Paraiso Total, en la Primera División de LINAFA; el Brujas de Escazú, de la Primera División, y la Asociación Deportiva Juventud Escazuceña, que milita en la Liga Menor.
El futebol de Brasil también tuvo su bruxa: el Grêmio Catanduvense. Fue un equipo de la ciudad de Catanduva, en el estado de São Paulo. Fue fundado en 1970 y llegó a destacarse en la Segunda División paulista. En 1993 fue cerrado por deudas.
Los boricuas también tienen una bruja en sus canchas: el Gauyamés, una escuadra amateur de la localidad de Guayama. Este repaso termina en La Paz, Bolivia, con la bruja que vuela más alto de todas: la del Deportivo Zuraca. A pesar de sus pócimas todavía no consigue un lugar en la elite del fútbol del Altiplano.
En Alcantarilla, Murcia, España, hay un equipo amateur que también tiene su logo embrujado: el CF Vistabella Alcantarilla, que compite en divisiones juveniles.
Pero si hay una bruja popularmente conocida es la del Provincial Talagante, un club fundado en 2006 que actualmente juega en la Tercera División chilena. Claro, el equipo -que ya quitó a la bruja de su escudo- no es el famoso, sino la la comuna de Talagante, próxima a la capital Santiago: la tradición chilena la señala como tierra de brujas. Según los dichos, conviene no andar por Talagante… ¡Venga…!
A fines de los setenta, en La Plata, cuando Estudiantes saltaba a la cancha, siempre se escuchaba un coro que decía: «Si ves una bruja volar en una escoba / ese es Verón / Verón que está de joda». La Bruja Juan Ramón Verón y su hijo la Brujita Juan Sebastián Verón volaron tan alto que tocaron la cumbre de América. El padre levantó la Copa Libertadores en 1968, 1969 y 1970. El heredero alcanzó el mismo trofeo en 2009, ambos con la camiseta de Estudiantes de La Plata. Además, desde 2014, Juan Sebastián es presidente del club.
Como no va a faltar alguno que pregunte «¿por qué no figura el Brujas de Bélgica?», les cuento: el nombre de la ciudad es la traducción de Brugge, que a su vez proviene del noruego antiguo «Bryggia» y significa «puentes». Y vale destacar que en el idioma flamenco/neerlandés Brug también quiere decir «puente», y que esta ciudad ostenta como nombre el plural de esta palabra debido a la gran cantidad de estas construcciones que existen en ella.
Pero la brujería en el fútbol no es patrimonio exclusivo de las mujeres: en la tercera división de México juegan Los Brujos de San Francisco del Rincón. El nombre les viene de la ciudad de Guanajuato conocida por ser hogar de brujos y santeros. Es uno de los equipos más antiguos del fútbol azteca y aunque fue fundador de la Segunda división y de la Primera división ‘A’, nunca llegó a militar en el máximo nivel.