A estas alturas del partido, a nadie le sorprende que se hable de mujeres que juegan al fútbol. Y es que el crecimiento del fútbol femenino es, cuanto menos, imparable. Todos los clubes de fútbol importantes cuentan con divisiones dedicadas a las chicas, aunque hay que reconocer que algunos han sido reacios hasta ahora, y han perdido un tiempo que sí han aprovechado otros para convertirse en potencias nacionales e incluso internacionales.
Ahora bien, aunque las comparaciones son odiosas y no queremos ofender a ningún género en absoluto, hemos decidido analizar las diferencias entre fútbol femenino y masculino. Algunas de estas diferencias son biológicas, aunque muchas obedecen a prejuicios y errores que se deben ir subsanando lo antes posible.
1. Diferencias físicas, pero no técnicas
A nivel físico, en diversas pruebas se notó que las chicas acusan más las distancias recorridas y los tiempos de juego. En la segunda parte se notan más evidencias de cansancio que en el caso de los jugadores masculinos.
Sin embargo, a nivel técnico no hay ninguna diferencia entre géneros. Tanto ellas como ellos mostraron un buen control del balón, posesión durante el partido, toques y hasta enfrentamientos ganados.
Cabe destacar que siempre hay excepciones, y muchas jugadoras pueden superar con creces a la mayoría de hombres, sobre todo si no son futbolistas de élite.
2. La principal diferencia: el salario
Este sí que es un punto en el que se nota una gran diferencia entre los jugadores de fútbol profesional masculino y el femenino. La equiparación salarial parece una utopía cuando se observan las cifras que cobran unos y otras.
Mientras que hay futbolistas con una ficha estratosférica, que cada año se supera cuando se abre el mercado de fichajes, casi la mitad de las chicas que juegan al fútbol no perciben ningún salario, mientras que una tercera parte tiene un sueldo que no les permite poder dedicarse solo a este deporte.
De hecho, muchas jugadoras de todo el mundo se han quejado porque tienen mejor rendimiento que muchos hombres y aun así no cobran más que un pequeño porcentaje en comparación con ellos, como ocurre con las primas por ganar el último mundial, que logró Estados Unidos.
Teniendo en cuenta que el fútbol femenino mueve cada vez a más aficionados, está claro que habrá que revisar estas condiciones, sobre todo si no se quiere ver cómo las jugadoras abandonan los clubes locales y se marchan a otros países en los que se empieza a pagar más, como ocurre en la National Women Soccer League. Tampoco llegan a cobrar lo que en la Premier, pero sí que tienen sueldos superiores a los de nuestra competición.
3. Los campos de juego
Los partidos de fútbol femenino se juegan en los mismos campos que los equipos masculinos, sin ninguna diferencia. Es decir, que los equipos corren las mismas distancias, hacen los mismos regates y marcan en las mismas porterías que lo hacen los chicos de sus respectivos clubes. En este sentido, no existen diferencias entre fútbol femenino y masculino.
Como ves, a nivel técnico hay muy pocas diferencias entre ambos tipos de futbol, pero no quita que haya variantes más particulares de este deporte, como el Bubble football, el futbolín o, incluso, el Calcio florentino, de todos ellos Javier Ceballos Jiménez te cuenta un poco más en este blog.