Una serie de infortunios, en su mayoría el pasado choque ante Osasuna, dejaron al Real Madrid en general y a su zaga en particular en cuadro: Ancelotti se las tuvo que ingeniar para configurar el once titular en Leganés, teniendo en cuenta además el partido que dentro de unos días le enfrentará al Liverpool en la Liga de Campeones. Pero qué mejor que pasar el mal trago sumando victorias: el Madrid se llevó los tres puntos de Butarque tras un sólido partido en el que las novedades dieron el fruto esperado.
Asencio y los centrales de la cantera
Una de las novedades fue la de Asencio, que estrenaba titularidad en el primer equipo tras su salida ante Osasuna por las circunstancias. Se han tenido que lesionar tres futbolistas para ello, pero ha cumplido con la tarea: no fue muy exigida la defensa madridista por el Leganés, pero Asencio solventó con firmeza todo lo que le llegó y estuvo seguro a la hora de sacar el balón.
No es el primer central de la cantera que asoma con buen pie en el Madrid: en su día lo hicieron García Calvo y Fernando Sanz durante la breve estancia de Arsenio Iglesias en el banquillo del Bernabéu, que había sustituido a Jorge Valdano. Ambos hicieron carrera después en otros equipos de primera: García Calvo en Valladolid y Atlético y Fernando Sanz en Málaga.
Años más tarde, en plena era galáctica, Pavón y Mejía mostraron credenciales en sus primeros pasos en el primer equipo blanco. Pavón dio nombre incluso al eslogan de “Zidanes y Pavones”, que hacía referencia a las estrellas y los canteranos y obviaba a otro tipo de futbolistas igual de necesarios. Aquello no salió como se esperaba: el Madrid acusó la falta de profundidad en la plantilla, y la falta de acierto en los fichajes para el centro de la defensa, donde nadie consiguió hacer olvidar a Hierro hasta la llegada de Pepe, fue una losa para el club.
Pero hay mejores ejemplos: Nacho tuvo una larga y exitosa trayectoria en el Madrid, no como indiscutible, pero sí como pieza importante de la plantilla. Y antes que todos ellos, Sanchís se erigió como uno de los mejores centrales de la historia del club y el único de la Quinta del Buitre que ganó la Liga de Campeones, siendo titular en aquel equipo que levantó la Séptima.
El tiempo dirá cuál es el camino de Raúl Asencio en el Real Madrid ante mayores desafíos y con todos los efectivos recuperados. De momento, se le ha requerido y ha aprobado con nota.
Ceballos en el rol de Kroos
El problema de la ausencia de Kroos no ha tenido que ver con las lesiones: se retiró por sorpresa en su mejor momento y el club no consideró necesario buscar un sustituto. Llegaba Mbappé y el efecto dominó retrasaría unos metros a Bellingham, que podría ocupar su lugar. Pero el inglés es otro tipo de futbolista: no sólo no hacía lo de Kroos, sino que dejó de jugar en la zona donde mejor se desempeña, la de tres cuartos.
Así que Ancelotti se encontró con un problema en el medio: Tchouaméni, sin Kroos al lado echándole una mano en la salida y a la hora de ocupar espacios, bajó su rendimiento. Camavinga estuvo lesionado, Modric ya no puede jugarlo todo y, por si fuera poco, ahora Valverde tiene que ocupar el lateral derecho ante las bajas. Ancelotti ha tenido que tirar de lo que hay, y quien quedaba era Ceballos.
Ante el Leganés, Ceballos se ubicó en el sitio de Kroos, a la izquierda del pivote y ocupándose de iniciar la salida del balón, y no lo hizo nada mal. Con un compañero más enérgico y con más movilidad como era Camavinga, Ceballos se encargó de ese rol que gusta a Ancelotti de tener un jugador con buen pie empezando la jugada, como Pirlo en el Milan o el propio Kroos en el Madrid. Obviamente son dos nombres mayores, pero el utrerano cumplió en Leganés. Con Güler y Bellingham, ahora sí, unos metros por delante, el Madrid dominó el partido a pesar de que el gol se hiciera de rogar.
Ante las urgencias, han aparecido soluciones en la plantilla. Veremos qué apuestas mantiene Ancelotti contra el Liverpool, pues el desafío no es menor: el líder de la Premier y la Liga de Campeones.