Confieso que el fichaje de Jovic no me generó muchas expectativas: el Milan estaba fichando nombres importantes, futbolistas con valor en el mercado tras la dolorosa salida de Tonali al Newcastle. Lo recaudado en el centrocampista italiano se invirtió en llegadas como las de Pulisic, Chukwueze, Loftus-Cheek, Reijnders, Yunus Musah, Okafor… y de repente, Luka Jovic. El mismo Jovic que había protagonizado un paso por el Madrid casi fantasmal tenía de nuevo una oportunidad en un grande de Europa. Hasta ahora no había dado señales de vida por San Siro, tan sólo se escuchaban algunos pasos en la lejanía, pero tras marcar en los dos últimos partidos, los aficionados ya ponen cara a ese fantasma que deambulaba por el banquillo rossonero hasta el punto de considerarlo una de las mejores noticias en un momento complicado para el equipo.

Hagamos memoria: Jovic completó una magnífica temporada 18-19 con el Eintracht de Frankfurt al marcar 17 goles en la Bundesliga y 10 en la Europa League, sólo superado por los 11 de Giroud con el Chelsea. Curiosamente, hoy su competencia por el 9 en el Milan. Su buen rendimiento en el conjunto alemán animó al Madrid a pagar 60 millones por su traspaso, cuando el conjunto blanco andaba en busca de gol tras la salida de Cristiano un año antes. Pero su paso por el Bernabéu fue un fiasco: no sólo no atinaba con el gol, sino que su fría actitud sobre el terreno de juego no presagiaba ninguna mejora. A todo ello se sumó el mejor momento de Benzema en su carrera, por lo que el puesto era indiscutible en un sistema con un único delantero centro.

Tras un año y medio nefasto regresó a Frankfurt en busca de resetear su carrera y volver a empezar, pero tampoco en la que fue su casa se reencontró con el gol, su viejo aliado. Tras otro año para el olvido en el Madrid probaría fortuna en la Fiorentina, que intentó con otro 9 serbio repetir la buena experiencia con Dusan Vlahovic, traspasado a la Juventus. Ni por asomo se acercó al rendimiento del hoy bianconero, pero dejó algunos brotes verdes a la vez que seguía recordando al futbolista frío e indolente de su etapa madridista.

No obstante, sus seis goles en Serie A y otros seis en Conference League, donde el conjunto toscano alcanzó la final, resultaron suficientes para que el Milan le diese una oportunidad como 9 suplente, lugar que había quedado vacante tras el escaso rendimiento de Origi y donde sólo estaba Giroud tras la retirada de Ibrahimovic.

Primer gol en el Milan

Sus primeras apariciones como milanista no invitaban al optimismo, pero en el partido ante el Borussia Dortmund en Liga de Campeones, Pioli tiró del serbio como revulsivo en el segundo tiempo ante las numerosas bajas, entre ellas Leao y Okafor, y Jovic protagonizó un par de buenas ocasiones para decir “presente”; una de ellas, un perfecto cabezazo que se topó con el poste. Su buena actuación animó a Pioli a darle el puesto de 9 en el siguiente partido liguero ante el Frosinone, motivado también por la sanción que debía cumplir Giroud, y el serbio respondió con un gol, su primero en el Milan, y una asistencia en la victoria de su equipo.

Ante la Atalanta volvía Giroud al equipo y Jovic al banquillo: Giroud demostró su importancia una vez más con un buen gol de cabeza, pero La Dea estaba por delante en el marcador y Pioli sacó a Jovic por Loftus-Cheek para jugar con doble punta: el serbio volvió a aprovechar su oportunidad y marcó el tanto del empate, 2-2. No obstante, Muriel se inventó un taconazo en el descuento para dejar finalmente los tres puntos en casa. Funcionaron los nueves milanistas en Bérgamo, pero falló todo lo demás: se acusa mucho la ausencia de Leao en ataque, se hace necesario un centro del campo más sólido y las bajas se han cebado además con el centro de la defensa.

Así las cosas, al aficionado rossonero le queda el consuelo de que Jovic ha despertado de su letargo. Quién sabe si continuará la racha o volverán las presencias fantasmales.

pinit fg en rect red 28 - Javier Ceballos Jimenez: Cuando nadie lo esperaba, Jovic

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