El de Luis de la Fuente no fue un fichaje ilusionante: el papel de la selección española en el Mundial de Catar había sido decepcionante tras un inicio esperanzador ante Costa Rica, Luis Enrique no fue renovado en el cargo y el combinado español necesitaba afrontar una nueva etapa con ánimos renovados, pero, en lugar de hacerlo a través de un técnico contrastado con una buena trayectoria en clubes, desde la federación decidieron confiar en un entrenador que había realizado un buen trabajo las categorías inferiores. Su nombramiento parecía el del típico técnico interino a falta de cerrar el definitivo, pero sabían lo que hacían: año y medio después, de la Fuente tiene bajo el brazo una Nations League y una final de la Eurocopa.
Y peleará por el título tras clasificarse de forma holgada en un grupo complicado con Italia, Croacia y Albania, superar un marcador adverso ante una revelación como Georgia, derrotar a Alemania, anfitriona y una de las favoritas, y superar la barrera de las semifinales, tope de la última Eurocopa, ante otra de las candidatas al título como es Francia. Un camino impecable que se ha hecho además con el juego más vistoso del torneo, alternativas, gol y con capacidad para reaccionar al gol en contra.
En un campeonato en el que muchos equipos optaron por resguardarse y ya veremos, España decidió abrirse camino hacia el gol a través de tener el balón y acelerar en los últimos metros mediante los regates de Nico y Yamal, dos estilos en apariencia antagónicos pero complementarios, como hemos comprobado. Enfrente estaba Francia, adalid de asegurar atrás y salir con el horizonte despejado. Es perfectamente lícito que cada equipo juegue sus armas y sus bazas como mejor les convenga y a la Francia de Deschamps no le ha ido nada mal, pero, con los futbolistas que tiene a su disposición, queda un regusto amargo.
Cinco minutos de fantasía
Francia, que sólo había recibido un gol en todo el torneo, se encontró a los ocho minutos con un panorama inmejorable: Kolo Muani abrió el marcador y obligó al rival a tomar la iniciativa, a tener que resquebrajar el entramado galo. Pero España mantuvo la calma y fue fiel a sí misma con una rápida circulación de balón hasta que llegaron cinco minutos de fantasía: los inauguró Lamine Yamal con un zurdazo desde fuera del área que entró por la escuadra, un imposible incluso para un gato como Maignan, y los cerró Dani Olmo al culminar la remontada y marcar su tercer gol en el torneo.
Yamal está a punto de cumplir 17 años y Dani Olmo llegó al torneo tras un año complicado de lesiones, y ambos están brillando en Alemania. Es otro de los méritos del seleccionador: formar un equipo en el que sus futbolistas ofrecen su mejor versión. Fabián, Nico o Laporte son otros ejemplos. Rodri o Carvajal, en cambio, sólo tenían que mantener el nivel mostrado a lo largo del año. Morata, aunque no ha vuelto a marcar desde que inaugurase la cuenta de la selección ante Croacia, hace un trabajo necesario como referencia en ataque que ayuda a brillar a la segunda línea. El rendimiento de Cucurella, por su parte, es una de las revelaciones del torneo cuando parecía que el puesto sería para Grimaldo tras la lesión de Gayá. Al fin y al cabo, algo sabe Luis de la Fuente, lateral zurdo en aquel Athletic campeón de liga con Javier Clemente en el banquillo.
Por ponerle un pero al partido de España, el juego aéreo: por ahí llegó el gol de Kolo Muani y Francia tuvo más oportunidades por arriba, como un cabezazo de un Tchouaméni que fue al remate con todo pero le salió centrado, a las manos de Unai Simón. Ante Alemania, el gol que llevó el partido a la prórroga también nació de un centro aéreo que acabó en los pies de Wirtz.
A Deschamps no le quedó más remedio que echar el resto y sacó a Griezmann, Giroud o Barcola. El extremo del PSG fue junto a Mbappé, más las incoporaciones de Theo desde el lateral, quien más inquietó a una zaga española que por otra parte estuvo impecable. Navas y Nacho suplieron con nota las bajas de Carvajal y Le Normand, y también Vivian cuando Navas se retiró lesionado y Nacho pasó al lateral. Suerte que no hubo más contratiempos: ya sólo quedaba Grimaldo como zaguero en la reserva.
En la final ya espera España al otro ganador de las semifinales: será Países Bajos, con una propuesta más parecida a la Roja, e Inglaterra, sobre la que, al igual que Francia, también pesa la crítica de no sacar provecho a su arsenal. Será el último escollo para alzar la cuarta Eurocopa.