A lo largo de 103 años de historia, la Copa América experimentó todo tipo de transformaciones en su formato.
Se creó como un cuadrangular amistoso para celebrar el centenario de la independencia argentina en 1916. La idea prendió con tanto entusiasmo que los dirigentes de Uruguay, Chile, Brasil y Argentina decidieron crear la Confederación Sudamericana de Fútbol y revivir el encuentro cada año.
No siempre se pudo mantener la periodicidad y el certamen pasó a ser bienal, trienal, cada cuatro, cada seis años, e incluso, como en 1959 se jugó en marzo-abril y se repitió en diciembre…
La idea actual es equiparar la Copa América con el calendario europeo y disputarla en los años olímpicos. Para eso sería necesario jugarla recién en 2024… o volver a jugarla el año próximo. Otro disparate solo justificable por el dinero de los patrocinadores.
El que nació como Campeonato Sudamericano de Fútbol no siempre tuvo al trofeo bautizado como Copa América: en la primera edición no existía el bello premio de 9 kilos de plata. Además, hubo seis ediciones denominadas “extra” en la que no se ponía en juego el trofeo: 1935, 1941, 1945, 1946, 1956 y la segunda de 1959.
Para celebrar los 100 años del primer certamen se organizó en los Estados Unidos la Copa América Centenario, que entregó un trofeo diferente y que quedó para siempre en poder de Chile, pues el que identifica al ganador en cada torneo, permanece transitoriamente en el país campeón.
A medida en que las federaciones sudamericanas se iban sumando a la Conmebol, la Copa crecía en número de participantes, hasta llegar a incluir a Venezuela, en 1967. Por única vez, ese torneo fue precedido por una “eliminatoria” para dejar solamente a seis contendientes.
La primera edición que reunió a los diez miembros de la confederación fue la de 1975, que, después de una pausa de ocho años, introdujo el novedoso formato de ida y vuelta, sin una sede fija. Ya no se medirían todos contra todos sino que empezarían a dividirse en grupos.
Tampoco sería el esquema definitivo.
A partir de 1987 la Copa empezó a rotar cada dos años por todas las sedes, pero ese cronograma ya se alteró varias veces. Otra aventura de la Conmebol fue invitar a dos equipos de la Concacaf para subir el número de participantes a doce y armar tres grupos de cuatro. A los convites de México, Estados Unidos y Costa Rica se le sumó el de Japón… sí, Japón, ya que empresas de ese país eran las principales patrocinadoras de la confederación.
De este modo, la intención mercantilista, el privilegio hacia los dueños del negocio, fue desplazando al mérito deportivo. Japón y Qatar se metieron así en este Brasil 2019.
¿El próximo engendro? Se analiza una Copa América 2020 a disputarse entre Argentina y Colombia, con Australia y Qatar como invitadas especiales. ¿Un dislate, no? Con esta dirigencia de la Conmebol, todo puede suceder.